Héroe de la declaración

Declaración central sobre la Superliga europea

El domingo 18 de abril, doce clubes de fútbol europeos anunciaron la creación de una nueva 'Superliga' fuera del control del organismo rector europeo del fútbol, ​​la UEFA, y su organismo rector mundial, la FIFA. Grupos de aficionados, jugadores, gobiernos, periodistas e incluso entrenadores de los equipos involucrados se movilizaron de inmediato para mostrar su oposición a los planes. 48 horas después, el plan colapsó cuando los equipos involucrados fueron presionados para retirar su apoyo.

Una de las razones por las que el proyecto parece haber fracasado es porque no hubo consulta ni aprobación de los órganos de gobierno, jugadores, fanáticos o gobiernos.

Si bien gran parte del deporte también es un negocio, también tiene un papel importante en la sociedad, y quienes gobiernan el deporte tienen roles poderosos como guardianes. De hecho, cualquier organización que dirija el deporte, especialmente cuando mantiene un monopolio sancionado por el estado, debe mantener una licencia social arraigada en los derechos humanos. Mantener una licencia social significa demostrar un comportamiento consistente y confiable en las interacciones con las partes interesadas. Esto claramente faltaba en la propuesta de la Superliga y debería ser un recordatorio para aquellos con responsabilidades existentes para supervisar el deporte. También es una oportunidad renovada para demostrar que el papel del deporte en la sociedad es más que una mera actividad comercial. 

El fútbol, ​​en particular, se encuentra tratando de equilibrar su entretenimiento global y su potencial económico en un contexto construido por instituciones que tienen una posición preciada en las áreas locales, con la gente local. 

La feroz reacción de los aficionados, los organismos deportivos, los jugadores y los gobiernos muestra la urgente necesidad de involucrar activamente a las personas en las decisiones clave que se toman en el deporte. Brindar oportunidades de participación, en particular involucrar a aquellos que probablemente se verán más afectados por las grandes decisiones, es uno de los principios centrales de un enfoque basado en los derechos humanos. Esto destaca más claramente que nunca la necesidad de que todas las organizaciones involucradas en el deporte incorporen los derechos humanos en su gobernanza, operaciones y decisiones. Hacerlo promovería marcos y procesos de toma de decisiones respaldados por un compromiso sólido de las partes interesadas con los grupos potencialmente afectados, en este caso, los jugadores y los fanáticos.

El futuro del deporte depende de una capacidad colectiva para generar valor compartido que va más allá de la mera explotación de oportunidades comerciales que benefician económicamente a unos pocos afortunados. La debida diligencia, la debida consideración y el compromiso de la comunidad deben estar en el corazón de cualquier empresa deportiva exitosa.

Finalmente, si bien el proyecto de la Superliga puede ser una llamada de atención necesaria, muchos jugadores se han preguntado por qué un nivel similar de indignación no ha dirigido su fuego a problemas sistémicos como el racismo en el deporte. Preguntamos lo mismo, así como en otras áreas cruciales de abuso. 

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