Markus Spiske Bfphccvhl6e Unsplash Baloncesto

Ecosistema Deportivo

El mundo del deporte a menudo se ve a través de estructuras jerárquicas de gobierno y propiedad, lo que refleja tanto las diferencias de poder dentro del sector, como las formas en que los organismos deportivos se han posicionado.

Las dinámicas de poder en las estructuras deportivas tradicionales pueden exacerbar los riesgos para los derechos humanos de los atletas y otras personas. Reimaginar el deporte desde una perspectiva holística centrada en las personas es una forma importante de abordar estas preocupaciones. Al aplicar una lente de derechos humanos al ecosistema del deporte, se revela un escenario que representa una intrincada red de relaciones simbióticas que abarca a los afectados y entre diferentes grupos de actores institucionales. Un modelo de ecosistema centrado en los derechos con las personas en el centro muestra que cada una de estas interacciones entre todos los grupos de partes interesadas puede tener un impacto positivo o negativo en diferentes individuos y comunidades, a través de los roles directos e indirectos que desempeñan.

 

Plano del estadio que representa a todos los actores del ecosistema deportivo

Las personas y sus derechos deben estar en el centro del deporte. De hecho, las personas hacen que el deporte suceda: los atletas ante todo, incluidas las personas involucradas en el deporte en todos los niveles, desde los deportes comunitarios locales hasta la escuela secundaria, la universidad, la élite y el profesional. En el corazón del modelo y de los atletas que lo rodean se encuentran los importantes grupos de interés de la familia/el séquito, los entrenadores/administradores, los fanáticos/patrocinadores, los voluntarios, los funcionarios técnicos, el público en general/la comunidad, los periodistas y los trabajadores. Las personas en estos diferentes roles y capacidades pueden verse afectadas entre sí o por cualquiera de los actores institucionales representados en el ecosistema.

Independientemente del papel que desempeñen, la medida en que las personas pueden verse afectadas negativamente depende en parte de una variedad de características o vulnerabilidades que pueden tener protecciones específicas en la ley. Estos incluyen, por ejemplo: niños, mujeres y niñas, LGBTQI+, personas con discapacidad, grupos histórica y/o estructuralmente desfavorecidos, minorías, migrantes, refugiados, pueblos indígenas y defensores de los derechos humanos.

El aspecto más importante de este enfoque basado en el ecosistema es que el deporte es el producto de muchos actores y está influenciado por ellos: privado, público, del tercer sector (sin fines de lucro) y a nivel local, nacional, regional e internacional.

Si bien los organismos deportivos desempeñan un papel importante en la realización de eventos y deportes del día a día, son uno de los muchos actores que componen el ecosistema deportivo. Dadas las interdependencias dentro del ecosistema, las acciones, comportamientos y decisiones de cada individuo e institución pueden tener un efecto mariposa. Cuando los individuos o las instituciones no respetan, protegen y/o cumplen los derechos humanos, la confianza y la legitimidad de todos los actores se ven comprometidas y la posición del deporte como una fuerza positiva para el bien se ve afectada negativamente. El Centro se ha estructurado y posicionado para comprometerse con todos los actores para hacer realidad un mundo de deporte responsable.